lunes, 20 de octubre de 2014

Problemática actual de los insectos polinizadores


Los insectos polinizadores han ejercido siempre su labor silenciosa pero eficiente. No han distinguido entre la flora natural o los cultivos introducidos por el hombre, han prodigado su función benefactora en ambos casos. Pero la situación parece haber cambiado. Tanto los problemas crónicos de producción de determinados cultivos, com la apreciación de algunos entomólogos y de ciertos estudios que valoran la función de los polinizadores, ponen de manifiesto la disminución progresiva de estos insectos. La presión humana, bien en forma de destrucción de hábitats o con la aplicación de insecticidas de uso agrícola, ha provocado durante las últimas décadas la desaparición de muchos de estos polinizadores. En ciertos casos, el déficit es tan grave, que la función de polinizar es casi exclusivamente asumida por las abejas melíferas u otros himenópteros introducidos por el hombre.

Uso de plaguicidas en la agricultura.
La evaluación del impacto de los productos fitosanitarios sobre los polinizadores se ha abordado casi siempre de forma indirecta. Es una excepción el caso de las abejas melíferas, sobre las que sí que se ha experimentado y que, además, han sido víctimas de graves intoxicaciones y mortalidad de gran número de colonias durante las últimas décadas. La experimentación con las abejas de miel ha servido para hacer una clasificación de los plaguicidas según su toxicidad sobre éstas. También se ha obtenido información sobre el efecto de los agroquímicos sobre los insectos que se utilizan en el control biológico de plagas. Si tenemos en cuenta que tanto las abejas como el resto de insectos útiles han sufrido los efectos negativos de los tratamientos fitosanitarios, y que si perviven es por la intervención del hombre, podemos concluir que las poblaciones de polinizadores autóctonos, abejas solitarias, moscas de las flores, mariposas y otros, a los que no se dedica especial atención, han sido muy afectadas también en las zonas de agricultura intensiva durante las últimas décadas. Pueden pasar varios años para que se recupere por sí misma la población de alguno de estos polinizadores, después de ser afectada por un tratamiento fitosanitario.
 Transformaciones de tierras.
Las incesantes transformaciones de terrenos forestales en agrícolas y la urbanización intensiva, provocan la destrucción continua de los hábitats naturales de los polinizadores. Muchos de ellos anidan en el suelo, bien para reproducirse o para hibernar, y todas las operaciones que implican el movimiento del suelo eliminan inevitablemente una gran cantidad de individuos. Por otra parte, si se reducen las zonas con flora autóctona, también lo hacen las fuentes de polen y néctar, que son las base de la dieta de la mayoría de los polinizadores.
 Otros factores.
Hay otros factores que también interfieren con los insectos polinizadores, pero sólo cuando se dan ciertas circunstancias o épocas. Los incendios, la sequía prolongada, la pérdida de suelo a causa de las lluvias torrenciales, son ejemplos de fenómenos que, aunque poseen su faceta natural contra la que los organismos han desarrollado mecanismos de adaptación, también es cierto que se han acentuado en los últimos tiempos y han acelerado el proceso de desertización de nuestras tierras. Precisamente el trabajo de los polinizadores juega a favor de la correcta producción de semillas y la regeneración de la cubierta vegetal, premisas esenciales para frenar la espiral de la desertización.

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